Serás Jefe
Si quieres, serás jefe. Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
Un jefe no es aquel que quiere mandar, dirigir, imponerse.
Ni aquel que da ordenes para hacerse obedecer.
Ni el que prohibe o permite ; el que censura o alaba ; el que premia o castiga.
Un jefe es mucho más.
Un jefe es el que sin quererlo ni saberlo, atrae hacia él a los demás. Es aquel cerca del que nos vamos a sentar.
Es al que escuchamos y seguimos porque descubrimos que hay en él una fuerza que nada puede destruir ; que su vida es recta y sus acciones sencillas.
Siempre el mismo, sencillo, como su mirada, tranquilo que parece venir de muy lejos e ir más lejos aún, hasta el fondo de los corazones y más allá del horizonte.
Un jefe...
Que bueno sería tener un jefe cuando estamos cansados.
Alguien que nos ayudara a decidir y al que pudieramos seguir.
Pero los jefes son pocos. Al menos aquel en el que se puede confiar.
Si quieres serás jefes.
Si quieres, serás jefe. Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
Ser jefe no significa transformar a los demás, para hacerlos como uno, imponiéndoles ideas y actividades, cansándolos con recomendaciones, prohibiciones y preceptos.
Ser jefe es vivir una vida pura, siempre en casa abierta a los demás.
Es severo con sigo mismo, indulgente con los demás.
Sabe bien que no es fácil hacer las cosas y que casi todo requiere un esfuerzo.
Un jefe es un compañero que reconoces como mejor que tú y junto al que te vuelves mejor. Por eso lo escogiste. Por eso lo llamas "mi jefe"
Si quieres serás jefes.
Si quieres, serás jefe. Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
(Tomado del libro de Lézard)
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
Un jefe no es aquel que quiere mandar, dirigir, imponerse.
Ni aquel que da ordenes para hacerse obedecer.
Ni el que prohibe o permite ; el que censura o alaba ; el que premia o castiga.
Un jefe es mucho más.
Un jefe es el que sin quererlo ni saberlo, atrae hacia él a los demás. Es aquel cerca del que nos vamos a sentar.
Es al que escuchamos y seguimos porque descubrimos que hay en él una fuerza que nada puede destruir ; que su vida es recta y sus acciones sencillas.
Siempre el mismo, sencillo, como su mirada, tranquilo que parece venir de muy lejos e ir más lejos aún, hasta el fondo de los corazones y más allá del horizonte.
Un jefe...
Que bueno sería tener un jefe cuando estamos cansados.
Alguien que nos ayudara a decidir y al que pudieramos seguir.
Pero los jefes son pocos. Al menos aquel en el que se puede confiar.
Si quieres serás jefes.
Si quieres, serás jefe. Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
Ser jefe no significa transformar a los demás, para hacerlos como uno, imponiéndoles ideas y actividades, cansándolos con recomendaciones, prohibiciones y preceptos.
Ser jefe es vivir una vida pura, siempre en casa abierta a los demás.
Es severo con sigo mismo, indulgente con los demás.
Sabe bien que no es fácil hacer las cosas y que casi todo requiere un esfuerzo.
Un jefe es un compañero que reconoces como mejor que tú y junto al que te vuelves mejor. Por eso lo escogiste. Por eso lo llamas "mi jefe"
Si quieres serás jefes.
Si quieres, serás jefe. Tal vez no hoy ni mañana, sino cuando llegue la hora.
Cuando tu vida sea recta como un tallo de junco y sencilla como el canto de una alondra.
(Tomado del libro de Lézard)